La genial respuesta terapéutica de este sistema médico es usar las sustancias que se van conociendo por el desarrollo de la medicina molecular inmunogenética, ultradiluyéndolas y dinamizándolas como una medicación homeopática, para obtener como una especia de vacuna por boca, que de acuerdo a cómo esté preparada e indicada, estimulará, disminuirá o suprimirá en determinados procesos, según convenga.
La inmunidad le permite al organismo liberarse de elementos extraños y perjudiciales, para así mantener su salud e identidad, rechazando lo que es ajeno y pretende incorporárselo. Cuando la reacción inmune es exagerada, esta hipersensibilidad ALERGICA resulta es un daño exagerado para el organismo, en relación a la poca presencia de sustancias extrañas.
Esquemáticamente podemos describir tres etapas.
1)La sustancia (antígeno o alérgeno) sensibilizante penetra en el organismo y es reconocida como extraña
2) Comienza una cascada de reacciones, en las que se liberan numerosas sustancias
3) Si las reacciones de rechazo son demasiado intensas producirán daño en el órgano blanco del ataque
Como en la guerra aunque sea victorioso, pierde el local por la destrucción producida en el campo de batalla.
De acuerdo al lugar donde se halla liberado el combate tendremos: Rinitis, conjuntivitis, eccema, urticaria, asma, vasculitis, etc.
Se preparan y administran medicamentos, como ya se explicó anteriormente diluidos y dinamizados para su administración oral, elaborados con alergenos, cininas, anticuerpos, citoquinas, elementos celulares, mediadores de la inflamación, etc.
Habitualmente de esta forma se normalizan esas reacciones adversas, observándose curaciones clínicas y mejoría en análisis de laboratorio. En esta concepción de la medicina, de la salud y de la enfermedad no olvidamos que tenemos una enfermedad de un enfermo que es único, y que equilibrando lo biológicamente alterado, características de personalidad, psicológicas, instintivas y afectoemocionales se lograrán integrar los elementos necesarios para restablecer la salud.
Dr. Jorge Saidman, Fundación Puiggrós
