viernes, 26 de noviembre de 2010

La dieta para volver a las fuentes

Elba Albertinazzi, presidenta de la Asociación Argentina de Médicos Naturistas, habla de las ventajas de los alimentos libres de químicos y el boom de lo orgánico. por Dolores Vidal.

Es médica hace más de 40 años. Experta en medicina naturista y como tal, considera que la alimentación juega un papel clave en la salud de las personas. "Somos lo que comemos", dice Elba Albertinazzi, presidenta de la Asociación Argentina de Médicos Naturistas. Pero ella no tiene posturas extremas ni niega las exigencias y la velocidad de la vida actual. Al contrario, suele practicar la mesura y una actitud conciliadora en cada una de sus respuestas. "Yo no estoy en contra de ningún alimento —apunta—. Sólo intento que la gente consuma productos naturales, que cocine en su casa, que no recurra al delivery en forma habitual y que le dé a su hijo una fruta más que un postrecito. Cada uno de esos potes puede tener cinco o seis sustancias químicas. Yo digo que se puede comer en una urgencia, pero no diariamente". Ella no quiere polemizar, pero cuando habla, habla. Albertinazzi, además, cuenta que trabaja con técnicas naturales —homeopatía, acupuntura y terapias florales— y que recurre a la alimentación natural para corregir síntomas y prevenir enfermedades de sus pacientes.
¿A qué llama usted alimentación natural?
A aquella que toma los productos de la naturaleza. Una dieta que evita los alimentos con sustancias químicas como aditivos, conservantes, jarabes de alta fructuosa, edulcorantes. Todas esas sustancias que hoy se agregan a los alimentos. Por supuesto, si se pueden consumir alimentos orgánicos, mucho mejor.
Pero la comida orgánica es cara. Si bien se obtiene con conciencia ecológica y sin usar —entre otros— agroquímicos ni transgénicos, todavía es para unos pocos que pueden pagarla.
Es cierto. Lo orgánico es más caro y no ofrece todavía mucha variedad. Pero no hay duda de que el tomate que creció en la planta, tiene mejor sabor que aquel que madura fuera de ella.
Pero si no se puede acceder a los productos orgánicos, ¿cómo se contrarresta el avance químico sobre los alimentos que se consumen diariamente?
La fórmula es comer vegetales. Porque los vegetales —aunque no estén cultivados orgánicamente y tengan pesticidas o herbicidas— aportan vitaminas, minerales y fibras que evitan la acumulación de químicos en el organismo.
¿Hay que olvidarse de la carne?
No. Se puede consumir dos veces por semana. Pero los vegetales, las frutas y las semillas deben ser la base de la alimentación.
Las semillas no son muy populares en las mesas argentinas, ¿cuáles son sus beneficios?
Tienen ácidos grasos insaturados que son clave para mejorar el sistema inmunológico, por ejemplo. Hay que incorporar a la dieta semillas de lino, sésamo, girasol, almendras y nueces (ver recuadro). Se pueden agregar en ensaladas, jugos, licuados. Las semillas más duras deben molerse antes de su consumo.
Con la llegada de los días más cálidos, ¿hay que agregar algún alimento especial a la dieta?
Se pueden aprovechar las ensaladas de verduras y frutas, mañana, tarde y noche. Tienen líquido, fibras, mejoran la función renal, los intestinos y la piel.
¿Y qué otros alimentos mejoran el aspecto de la piel?
Todas las semillas. Los aceites de primera presión: el de girasol, el de oliva. Hay un aceite de girasol que se vende en las dietéticas y es buenísimo. Sirve para hacer masajes, para combatir las manchas de la vejez, para estimular el crecimiento de las uñas. Se aplica como si fuera una crema. Es un nutriente bárbaro para la piel.
¿Y para el pelo?
Consumir levadura de cerveza hace maravillas en el pelo.
¿Qué alimentos suavizan, aligeran el síndrome premenstrual?
Lo mejor es suprimir durante esos días la carne, el café, el té y las gaseosas. Apostar por una alimentación basada en verduras —sobre todo, vegetales de hojas verdes— y frutas. Tomar tisanas desintoxicantes como la manzanilla, que es relajante del estómago, y la melisa que tiene acción antinflamatoria. La levadura de cerveza también es buena y el jugo de limón que ayuda a la absorción de los minerales.
¿Y cuál es el alimento aliado en la prevención de la osteoporosis?
Las semillas de sésamo, las almendras, las semillas de amapola que tienen buena cantidad de calcio y magnesio. Un mineral que ayuda a la absorción y metabolización del calcio. La clave es que llegue al hueso y se fije ahí. Además, hay que hacer ejercicio.
Cuando una mujer entrena fuerte y en forma diaria, ¿tiene que consumir complementos vitamínicos?
No necesariamente. Tiene que aumentar la cantidad de cereales integrales que le van a dar energía. Arroz integral, panes con harina integral, con cebada... También aumentar el consumo de semillas, frutas y verduras. Hay que agregar alimentos con antioxidantes, porque cuando el músculo trabaja mucho, aumentan los radicales libres. El ejercicio muy intenso puede causar envejecimiento celular. Las más deportistas podrían incorporar en su alimentación tres o cuatro cucharadas soperas de levadura de cerveza que mejora el metabolismo del músculo.
¿No da hambre la levadura de cerveza?
No. Ayuda a bajar de peso. Estimula el metabolismo y por lo tanto, quema las grasas e impide que se depositen en el cuerpo.
Muchas mujeres llevan una barra de cereal en la cartera por si tienen hambre o necesitan un golpe de energía durante el día, ¿es un hábito saludable?
Lo mejor es tener una bolsita con nueces, almendras, pasas de uva negras que tienen más antioxidantes, frutas desecadas. Las frutas desecadas resisten en la cartera mejor que una manzana.
¿Hay que volver a las fuentes para recuperar la salud perdida?
Esperemos que en esa dirección vaya el futuro. La alimentación natural da energía, vitalidad, salud y asegura una buena vejez.
Puede adquirir los libros en la Fundaciòn Puiggros

Fuente: Nota publicada en el Diario Clarín en Noviembre de 2005
http://edant.clarin.com/suplementos/